Relojes de bolsillo TISSOT en LATINSWISS Tienda Online de relojes TISSOT

1853-1907: LOS ORÍGENES

En 1853, Charles-Félicien Tissot, montador de cajas de oro, y su hijo Charles-Émile, relojero, se asociaron para fundar el comptoir d’établissage«Charles-Félicien Tissot & Fils» en la localidad suiza de Le Locle. El catálogo de Tissot incluía en aquel momento una amplia variedad de relojes de bolsillo y colgantes, la mayoría de oro, ricamente decorados o con complicaciones. Su calidad se vio recompensada en varias ocasiones en exposiciones nacionales e internacionales, así como en concursos de cronometría. Fue precisamente durante la Exposición Universal de 1900 cuando la famosa actriz Sarah Bernhardt compró un reloj colgante de oro de 18 quilates en el pabellón suizo. El principal destino de los relojes Tissot era la exportación: a Estados Unidos desde 1853 y al Imperio Ruso a partir de 1858. A los vínculos comerciales se sumaron los familiares, ya que en 1885 el hijo de Charles-Émile Tissot, Charles, se instaló en Moscú para gestionar la sucursal que había creado su padre y formó una familia con una ciudadana rusa. Hasta la revolución de octubre de 1917, el Imperio Ruso fue el principal mercado de Tissot, cuyos relojes llegaron incluso a la corte del zar.

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1907-1930: LA BÚSQUEDA DE LA EXCELENCIA

En 1907, Charles Tissot mandó construir una fábrica en el Chemin des Tourelles, en Le Locle, el mismo lugar en el que sigue hoy la sede de la empresa. Los motores eléctricos hicieron posible la implantación progresiva de la fabricación mecánica, que permitía la producción en serie de relojes muy cuidados. A comienzos de la década de 1910, Tissot empezó a comercializar sus primeros relojes de pulsera para mujeres, auténticas piezas de joyería de oro o platino engastadas con diamantes. Poco después, la casa creó sus modelos de pulsera para hombre, mucho antes del apogeo de esta moda en el periodo de entreguerras. Su estética se vio marcada por las corrientes artísticas del momento, primero el modernismo y, después, el art déco; pero destacaron sobre todo por sus importantes innovaciones técnicas, como el primer reloj de pulsera antimagnético del mundo. En 1917 Tissot se convirtió en manufactura y empezó a producir sus propios movimientos, lo que le permitió ofertar relojes de calidad a un precio asequible.

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1930-1953: AMPLITUD DE MIRAS

En 1930, las empresas Tissot y Omega se fusionaron para consolidar su posición y ofrecer a su clientela una gama de productos más completa. Esta nueva entidad, denominada SSIH (Société Suisse pour l’Industrie Horlogère), se convirtió en la primera asociación relojera suiza. En 1933, Paul Tissot puso en marcha un innovador programa comercial: el Plan Tissot. Este se basaba en modelos escogidos de cada marca, campañas publicitarias sistemáticas y dirigidas a un público concreto y la distribución gratuita de un catálogo a los minoristas. Además, Tissot concedía a sus clientes una garantía de un año, incluso en caso de accidente. La marca se inspiró en el vestuario femenino, que propone un estilo distinto para cada momento del día, y diversificó hasta el extremo su colección para señora, como bien recogía el eslogan publicitario: «Una mujer, tres relojes». Los modelos con correa de cuero resultaban especialmente adecuados para la práctica deportiva y los de cordoncillo, con su elegancia discreta, eran perfectos para la vida profesional. Los modelos de brazalete de oro, por su parte, combinaban de maravilla con los vestidos de noche. Tissot creó para su clientela masculina relojes cronógrafos, automáticos y, en 1951, un modelo estrella: el Tissot Navigator.

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1953-1968: «SIEMPRE PRESENTES DESDE HACE CIEN AÑOS»

En 1953, Tissot festejó su centenario. La llegada de Édouard-Louis Tissot al puesto de director general supuso un giro en la organización industrial de la manufactura.

Gracias a la adopción en 1958 del principio del «calibre único», fue posible simplificar la gama de movimientos y racionalizar la producción.

La adición de distintas complicaciones a un movimiento base permitió producir relojes manuales o automáticos, con o sin calendario o fecha, para su venta en todo el mundo.

En vista del éxito de la marca, las visitas oficiales se multiplicaron y entre los insignes invitados llegaron a contarse, en 1960, los príncipes de Mónaco.

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1968-1983: «UN SOPLO DE JUVENTUD»

En los años sesenta y setenta, la generación del baby boom convirtió la juventud en una clase social por derecho propio, con sus códigos y su cultura. Por primera vez, Tissot creó colecciones para adolescentes que incluían modelos elegantes y originales. Tissot también comenzó a explorar las posibilidades que presentaban los nuevos materiales, hasta entonces poco usados en el mundo de la relojería. Los materiales sintéticos, como la fibra de vidrio, dieron lugar a modelos coloristas y lúdicos. Desde un punto de vista técnico, posibilitaron la concepción de un movimiento revolucionario: el Astrolon. Las colecciones de cuarzo florecieron al amparo de la estrecha colaboración que Tissot inició con el mundo de la Fórmula 1: en 1976, la marca puso en marcha una serie de asociaciones que incluyeron a escuderías como Ensign, Renault o Lotus y a pilotos de fama internacional como Jacky Ickx, Clay Regazzoni o Mario Andretti.

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1983-2016: AL RITMO DE SWATCH GROUP

En 1983, Nicolas G. Hayek recomendó la fusión de los principales grupos relojeros de la época para hacer frente a la crisis del sector, lo que llevó a Tissot a unirse a la SMH, que en 1998 pasó a denominarse The Swatch Group.

Tissot decidió reinventarse y diseñó relojes tan míticos como el RockWatch, el primer reloj del mundo tallado en piedra. A este modelo le siguieron el WoodWatch de madera, y el PearlWatch de nácar, que gozaron del favor de un público seducido por su originalidad.

A finales de los años noventa, Tissot gestó la T-Collection, que incluía modelos ultrafemeninos pero también le concedía un lugar destacado a los relojes deportivos, cada vez con más funciones. En 1999 Tissot apostó por el extraordinario potencial de las tecnologías táctiles y digitales y presentó el T-Touch, el primer reloj táctil del mundo.

LA ACTUALIDAD

En 2014 consiguió otra primicia mundial con una nueva versión de este modelo, el T-Touch Expert Solar alimentado con energía solar. Una prueba más de que la marca se mantiene fiel a su lema «Innovators by tradition». François Thiébaud preside desde 1996 la firma, cuya estrecha vinculación al mundo del deporte se plasma en su función de cronometrador oficial y sus colaboraciones con numerosas disciplinas deportivas. Gracias a su sempiterna capacidad para innovar, adelantarse a las tendencias y llegar a todos los públicos, Tissot vende hoy más de 4 millones de relojes al año en todo el mundo.

 

ACERCA DE TISSOT

El + en el logotipo de Tissot simboliza la calidad y fiabilidad suizas que la marca ha demostrado desde 1853. Sus relojes, auténticos y accesibles, se pueden adquirir en más de 160 países y presentan materiales especiales, funcionalidades avanzadas y un meticuloso diseño. Tissot permanece fiel a su lema: “Innovators by Tradition”. El alto calibre de la marca ha sido reconocido en múltiples ocasiones: Tissot ha sido nombrado Cronometrador y Socio Oficial de diferentes disciplinas como el baloncesto (NBA, FIBA y CBA), el ciclismo (Tour de Francia y Campeonatos Mundiales de Ciclismo de la UCI), los deportes de motor (MotoGPTM y Campeonato Mundial de Superbikes de la FIM) y el rugby (Torneo de las Seis Naciones (RBS), TOP14, Copa Europea de Campeones de Rugby y la Copa Challenge). También es Cronometrador Oficial de los Campeonatos Mundiales de Esgrima y Hockey sobre Hielo y de la AFL.